Una de las principales tareas de un Community Manager es la creación de contenidos, pero no podemos crear contenidos al azar, sin una estrategia definida, todo el contenido que publicamos debe atender a unos objetivos que nos hemos marcado previamente, hablando con un tono específico acorde con el tipo de contenido que queramos publicar, y sujeto a una planificación y supervisión, y por supuesto, sin olvidarnos finalmente de medir los resultados obtenidos, no podemos dejar ningún cabo sin atar.
Así pues, definiremos cada uno de estos puntos que acabamos de comentar.
1.- Definición de los objetivos.
Al igual que en cualquier estrategia que vayamos a realizar, debemos comenzar marcándonos unos objetivos, pero no unos objetivos generales y amplios del tipo: aumentar las ventas, esto no nos llevaría a nada, los objetivos a plantear deben estar más definidos, lo que conseguiremos siguiendo la regla SMART, es decir, que los objetivos sean específicos, medibles (a través de KPIs, que veremos más adelante), realizables o factibles (alcanzables), realistas y limitados en el tiempo (esto es, que incluyan unos plazos de realización y cumplimiento).
Teniendo estos objetivos bien definidos, no tendremos problemas para saber qué contenido compartir.
2.- Tono de la conversación.
El segundo punto a tener en cuenta antes de la publicación de contenido es elegir el tono que utilizaremos en nuestras publicaciones, que no tiene por qué ser el mismo que el de nuestra marca si este es demasiado formal; para ello debemos preguntarnos primero quién nos escucha, esto es, definir nuestro target, y averiguar qué intereses y preocupaciones tienen.
Además, debemos definir quién habla. Por ejemplo, un hombre de 40 años, para poder utilizar siempre el mismo tono, ya que, si variamos el tono, corremos peligro de que nuestro target también cambie, que haya personas que nos leen que debido a este nuevo tono dejen de leer nuestro contenido, o que este nuevo tono acabe interesando a un target que no es nuestro objetivo.
Para que todo esto quede pactado desde el principio, y nuestro cliente o jefe nunca pueda decir por qué estamos hablando de esta o aquella manera, redactaremos un documento de tono que recoja este tipo de detalles.
3.- Tipo de contenido.
Ha llegado la hora de definir de qué hablamos en nuestras redes sociales, para ello fijaremos unas categorías de contenido, no muchas, entre 4 y 6 sería lo ideal.
Estas categorías han de mostrar contenido interesante para el usuario que nos sigue y además debe reforzar nuestra estrategia, porque no todo vale: si tu empresa, por ejemplo, vende una bebida «x» y uno de tus contenidos es una imagen, no nos valdrá una imagen de un perro, por ejemplo, siempre hay que tener una cierta coherencia con nuestra empresa/marca.
Nuestro contenido puede ser en forma de post en un blog, imagen, vídeo, etc. tanto de creación propia, como de otros usuarios (para no estar siempre hablando de uno mismo), pero nunca te abandones a publicar solamente contenido de otros usuarios, pues este sería el peor escenario para tus publicaciones.
es aconsejable utilizar acortadores para nuestros enlaces, por ejemplo bit.ly, pues nos dan estadísticas sobre los clics que se hacen en ellos, pero siempre personalizar ese enlace relacionándolo con el contenido generado.
4.- Planificación del contenido.
Es fundamental planificar contenidos, creando un calendario semanal o mensual, al principio yo recomiendo que sea semanal, y ya según vayamos viendo cómo funciona el contenido, se podría hacer mensual.
En un día hacemos la planificación de toda la semana/mes, añadiendo en nuestro calendario información como: red en la que vamos a publicar, frecuencia de publicación, horas, objetivos que cubrimos con esa publicación, la temática, la fuente que hemos utilizado para dicho contenido, el tipo de contenido y el mensaje en sí. Teniendo claro nuestro calendario de publicaciones, en algunas redes se puede programar.
Tenemos que estar atentos también para no duplicar contenidos, ya que estamos presentes en varias redes sociales, ya que si publicamos el mismo contenido en Facebook que en Google Plus, por ejemplo, nuestros seguidores/fans/clientes podrían dejar de leernos en alguna de las redes. Hay que utilizar cada canal de diferente manera, y, si por lo que sea, queremos publicar algo en varias redes sociales, podemos hacerlo de distinta manera, por ejemplo, en Twitter podemos compartir un enlace con un titular o comentario breve, mientras que en Facebook podríamos acompañarlo de un comentario más extenso y una foto ilustrativa.
5.- Supervisión del contenido.
Cada red social tiene una opción para enviarnos por correo o en la misma aplicación móvil notificaciones cada vez que hay alguna novedad, por ejemplo en Twitter cuando alguien e sigue, te menciona, etc; en Facebook cada vez que alguien le da a «me gusta» en una publicación, cuando comentan tu estado, etc.
Podemos estar al día de la repercusión que tiene nuestro contenido muy fácilmente.
6.- Medición de resultados.
Por último, debemos medir el cumplimiento de nuestros objetivos, lo haremos con KPIs (Key Performance Indicators), que deberemos tener bien definidos para saber si nuestros objetivos han tenido éxito o no.
Algunos de estos KPIs son, por ejemplo, el CTR (clics/impresiones), el CPC (Precio/Nº clics) o el CPM (Precio/Nº impresiones), aunque existen muchos más.
Y tú, ¿Sigues estos pasos a la hora de crear y gestionar tus contenidos? ¿nos recomendarías algún otro sistema que te haya resultado eficaz? ¡No olvides hacernos tus sugerencias!